Isa Cisneros de Sapene Viernes 5 de marzo de 2010
¡Tengo éxito luego existo¡ Una letra (S) diferencia estas dos palabras tan significativas en la vida de un ser humano.
Para emprender el viaje hacia el éxito es necesario la Sencillez, la Solidaridad, los Sueños, la Serenidad, la Sinceridad, la Sabiduría, el Servicio y la Satisfacción.
Todo éxito parte de la sencillez, que no es otro principio, que la conciencia que lleva a cualquier ser humano a replantear sus valores. Es apreciar la belleza interna y reconocer el valor de los actores con los cuales nos vamos a relacionar, para lograr el éxito ansiado
Si existe cohesión interna, integración, unidad, responsabilidad, reconciliación y perdón con quienes nos vamos a relacionar habrá solidaridad, valor indispensable para obtener éxito en la vida.
Toda visión que nace del alma se convierte en sueño, todo sueño se transforma en pensamiento y este en acción, la acción requiere riesgos y el riesgo invita al cambio y a crear nuevas alternativas para abrir camino hacia el éxito. ¡hay que estar vivo para lograrlo¡
Cuando el pensamiento, la palabra y la acción están en equilibrio, existe serenidad y paz interna en el ser humano, que le permite relacionarse sinceramente con el resto del mundo y le da la competencia de descubrir las actitudes y las distintas formas de conducta que llevan a la destrucción causando la ausencia de la paz para todos. Por eso la serenidad es una herramienta crucial que permite enfrentarse con el mundo y sus crecientes demandas. Esa paz interna se refleja en la actitud de la persona exitosa.
Cuando se experimenta el éxito, el compromiso con la sinceridad y la honestidad, se intensifica. No existe hipocresía ni artificialidad que origine confusión y sobre todo desconfianza en las mentes y en la vida de quienes se relacionen con nuestro éxito. Si existe sinceridad, hay confianza y transparencia en las relaciones con todos los actores involucrados. Si se es sincero, no se da la contradicción, la mentira,, ni existe discrepancia en el pensamiento, palabra o acción de quien busca el éxito en su proyecto personal, profesional o comunitario. Esa transparencia se refleja en el rostro de quien es exitoso.
Ni la sencillez, ni la solidaridad, ni los sueños, ni la serenidad, ni la sinceridad pueden darse, si no está presente la sabiduría, ya que esta es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de una verdadera inteligencia emocional, que exige una gran capacidad de reflexión y sobre todo sentido común para descifrar una realidad confusa que está presente sobre todo en este siglo XXI..
Se necesita mucha prudencia, sensatez, discreción y previsión para tomar decisiones justas. La sabiduría y la experiencia aportan elementos valiosos para lograr el éxito en nuestras vidas, como diría Aristóteles “El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”
La Satisfacción del trabajo cumplido, de juntar la cosecha sembrada, de observar los impactos, compartir las fortalezas del éxito obtenido, el hacer desde la necesidad de todos y evaluar los frutos de un servicio dedicado, son la recompensa de un beneficio soñado.
Podemos así concluir, que el éxito no es alcanzar metas, sino emprender una larga trayectoria donde cada quien identifica y conoce el propósito de su vida, se desarrolla, se dedica a lograr alcanzar su mayor potencial y sobre todo sembrar y cultivar semillas para beneficiarse y ayudar a los demás. Siendo sencillo, solidario, sereno, sincero, sabio y con muchos sueños, la labor será cumplida y sobre todo será exitosa.
¡Existamos con compromiso y seremos exitosos¡
isacisneros17@gmail.com
martes, 6 de abril de 2010
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