A la juventud de Venezuela

Isa Cisneros de Sapene

Martes, 3 de marzo de 2009


Siempre he creído en nuestra juventud. Por estar gracias a Dios rodeada de ellos, he podido observar lo que se estaba construyendo. Cuando hoy los escucho y los veo actuar, confieso que son únicos, porque supieron descifrar lo que sus padres y maestros les enseñaron con amor, sin imponerles sus ideas. Crecieron siendo libres y conociendo la felicidad, por tal motivo tienen energía, espíritu y dignidad suficiente para poder llevar a otros, tan hermosa experiencia que la vida les permitió descubrir. Sobre todo sin resentimientos y culpas que les impidan ver la luz al final del túnel.
Cuando nos hablan a través de los medios o personalmente podemos captar en sus ojos un brillo extraordinario que permite ver la transparencia con la que se comunican, hasta el punto de que son capaces de mover las fibras mas internas de cualquier ser humano y hacernos sentir orgullosos al verlos tan seguros en sus planteamientos.

Sus mensajes y palabras, son espontáneos salen del alma y por eso llegan a cada uno de los habitantes de este hermoso país. Con palabras sencillas convencen, porque creen en lo que dicen, no son responsables del pasado de quienes los critican, pero están convencidos que deben actuar en el presente porque son garantes del futuro.

Tienen la formación, la esperanza, la visión, los valores, el ejemplo, y conocen la realidad, las necesidades y los sueños de una población que a gritos anuncian desde hace un tiempo sus anhelos y ellos han querido escucharlos, entenderlos y atenderlos.

No están contaminados y están convencidos del sacrificio, la perseverancia y la paciencia que necesitan para llegar a la meta establecida sin que el tren se los lleve por delante, pero lo más difícil es moverse en una ruta o un escenario incomprensible y agotador que ni los mismos sociólogos podemos entenderlo. Porque es cierto, lo que está sucediendo está fuera de las situaciones normales a las que estamos acostumbrados en cualquier sociedad.

Y explicar el fenómeno que estamos viviendo, va mas allá del hecho social, económico y político que generalmente ha tenido un análisis, una respuesta y un comportamiento similar a través de la historia. En esta oportunidad existe un componente emocional como lo he planteado desde hace mucho tiempo que si se orienta inteligentemente la salida está a la vuelta del camino, pero si se ignora podemos quedarnos en la oscuridad del túnel.

Lo interesante y hermoso de este acontecimiento es que, en un pueblo como el nuestro donde su gente ha mostrado el talento creativo en todas sus instancias, nuestros jóvenes están instaurando un nuevo modelo o discurso político que lo escuchan miles de niños que les ha tocado vivir una infancia distinta a la de ellos, pero son ellos quienes les acompañaran a construir el nuevo país que todos anhelamos, no defrauden a estos niños que ven en ustedes un ejemplo a seguir. Enséñenles la importancia del respeto y la razón.

Por eso tienen que ser creativos, renovados y con mucha intuición e inteligencia emocional que les permita superar los hechos incomprensibles que día a día les ha tocado vivir, tal cual una comedia tragicómica donde la emoción y los sentimientos están presentes en cada acción, siendo estos responsables de las decisiones que se tomen hoy.

No permitan que los engañen, los confundan, los adulen, ni los excluyan mantengan la unidad, la transparencia y sobre todo la verdad, no inciten al odio, ni utilicen el insulto para comunicarse, de esta manera transitarán el camino correcto y quienes les escuchan entenderán, seguirán y aceptarán sus mensajes con persuasión.

isa_cisneros@hotmail.com


Todo sobre nuestro columnista: Isa Cisneros de Sapene